martes, 15 de abril de 2008

Tutoria 5: Caracteristicas de la modernidad. Unidad 3: el nacimiento y desarrollo de las ciencias modernas.

Unidad 3 – Modalidad virtual
Introducción al Pensamiento Científico
Unidad 3
EL NACIMIENTO Y DESARROLLO DE LAS CIENCIAS MODERNAS

Tutoría 5: CARACTERÍSTICAS DE LA MODERNIDAD

Introducción
Los conceptos que se desarrollan aquí tienen como principal objetivo explicitar cuestiones enunciadas en los textos de Cerdeiras y de Benasayag de la bibliografía obligatoria de esta unidad. Creemos que puede serte de utilidad brindarte un sintético panorama de la Modernidad en relación con el impacto de la ciencia y de la técnica, del abandono de las viejas creencias, de los nuevos métodos propuestos y del valor asignado a la ciencia. En tal sentido, hemos dividido estos comentarios en tres apartados para que puedas identificar las cuestiones más relevantes.

1- Consideraciones preliminares
2- Aportes metodológicos

3- La concepción de ciencia



1- Consideraciones preliminares

La historia universal denomina al período comprendido entre 1453 y 1789, Edad Moderna: la primera de las fechas corresponde a la toma de Constantinopla, hecho este que condujo a la caída del Imperio Romano de Oriente y la segunda fecha, a la revolución francesa.

Es en esta época que se produce un cambio en la plaza comercial mundial, se pasa del Mediterráneo al Atlántico, también surgen potencias mundiales como Holanda e Inglaterra, comienza el desarrollo de las naciones modernas y coexisten monarquías absolutas y constitucionales. Uno de los rasgos fundamentales de esta época es la profunda crítica a la Edad Media. La Modernidad abandona la cosmovisión predominantemente religiosa focalizada en Dios (teocentrismo), propia del Medioevo, la cual se centraba en la salvación del hombre y en el desinterés por lo mundano.

En este momento histórico en que la ciencia impacta fuertemente sobre la sociedad, fundamentalmente por su relación con la técnica, se fundan talleres y los artistas del renacimiento son también técnicos que, a la vez que diseñan iglesias y castillos, construyen también ciudades y puentes.

Este tipo de producciones conduce a que se investigue acerca de fuentes energéticas nuevas que permitan concretar grandes proyectos. Se utilizan sistemáticamente la energía eólica y las caídas de agua debido a la potencialidad mecánica que se reconoce en ellas. Dichos logros resultan la antesala de la revolución industrial cuya principal fuente de energía fue el vapor. Se produce también un crecimiento y perfeccionamiento de la industria bélica y la fabricación de cañones, lo que lleva al pasaje de la técnica balística del virtuoso artillero a la dinámica -con Galileo- que posibilitó describir geométricamente la trayectoria del proyectil.

Algo semejante sucede en el plano productivo; en el Medioevo el sustento de la economía era la producción agraria y los gremios de artesanos se ubicaban en las ciudades; en tanto que en la Modernidad, la fábrica es la característica del nuevo sistema de producción, siendo su particularidad la división del trabajo.

Como verás, lo anterior supone fuertes diferencias entre ambos modos de producción, el trabajo artesanal realiza el producto completo con un alto grado de perfección y en pequeñas cantidades dado que no hay especialización en las partes del producto, sino que todos los integrantes del taller pueden elaborar el producto íntegro; por otra parte, configuran corporaciones que los protegen de la competencia y establecen requisitos a los aspirantes para ingresar al taller.

El trabajo en la fábrica implica capital, trabajo asalariado y especialización, en tanto que rige la división del trabajo, lo que lleva al aumento de la producción. Vale mencionar aquí el célebre pasaje de Adam Smith1 en el que utiliza el ejemplo de la fábrica de alfileres para comparar la labor del artesano en el taller y la del operario en la fábrica; dice que mientras el primero haría como máximo 20 alfileres por día, con la división del trabajo en la fábrica podrían confeccionarse diariamente 48.000 alfileres con sólo 10 operarios. Si bien el trabajo pasa a ser altamente productivo, el operario pasa a ser un engranaje más del sistema de producción, en el que “adquiere la destreza en su oficio particular, a expensas de sus virtudes intelectuales”.2

En este período también surge una nueva concepción de la naturaleza. Se abandonan varios principios aristotélicos, entre ellos la distinción entre “mundo sublunar” y “mundo supralunar”, la idea de que ambos poseen características totalmente diferentes, siendo el primero (mundo sublunar) imperfecto, perecedero y corruptible y el segundo (mundo supralunar) perfecto, eterno e incorruptible. Caen la creencia de que la Tierra estaba ubicada en el centro del universo y estática ocupando su “lugar natural” y la jerarquización de los “cuatro elementos” -tierra, agua, aire y fuego, dispuestos en ese orden en función de su “peso”-; y también se deja de lado la idea de que los procesos naturales se desenvuelven según una “finalidad”.

Por otra parte, las contribuciones de Galileo y su posterior desarrollo por Newton permiten establecer que no hay diferencias cualitativas entre el cielo y la tierra y que rige la misma legalidad natural para ambos; además las explicaciones teleológicas son reemplazadas por explicaciones que identifican una conexión mecánica causal en los procesos naturales, pudiéndose expresar cuantitativamente gracias a la formulación matemática de las leyes, proceso éste que comienza con Galileo y culmina con Newton.

Hasta aquí hemos hecho un breve repaso de las características generales de la época para que puedas tener una visión de conjunto. Pero las novedades no terminan aquí, sino que se manifiestan en el plano metodológico y en el concepto de ciencia.



2- Aportes metodológicos

La Edad Moderna muestra un interés especial por las cuestiones metodológicas, en el sentido de querer encontrar un procedimiento universal que posibilite el descubrimiento de nuevas verdades -un “método inventivo”- y la confirmación de ellas.

Esta preocupación implica una fuerte crítica al método aristotélico, fundamentalmente al silogismo -dado su carácter puramente deductivo- y, además, el deseo de transformar y dominar la naturaleza.

Tal es el valor asignado al método en el logro del conocimiento que Descartes afirma en su Regla IV: “Por método entiendo aquellas reglas ciertas y fáciles cuya rigurosa observación impide que se suponga por verdadero lo falso, y hace que -sin consumirse en esfuerzos inútiles y aumentando gradualmente su ciencia- el espíritu llegue al verdadero conocimiento de todas las cosas accesibles a la inteligencia humana”3, es decir que el método permitirá economizar esfuerzos en la obtención cada vez mayor de verdades científicas, posibilitando la perfección del espíritu.

Dentro de este enfoque, en la Modernidad pueden identificarse tres grandes propuestas metodológicas: la de Francis Bacon que postula la inducción científica; la de Galileo basada en la matematización de la observación y la experiencia y en el uso del experimento, y la de Descartes que, al postular la evidencia como criterio de verdad, instaura el análisis, la síntesis y la enumeración como medios para la elucidación de los problemas.

La intención fundamental de Bacon fue ofrecer un nuevo instrumento4 que sustituyera al Organon aristotélico considerado insuficiente tanto para fundamentar el conocimiento científico, como para servir de método de descubrimiento. Como Descartes, consideraba al método el auxilio más eficaz de la inteligencia, independientemente de las capacidades individuales; sostenía que a partir de él y dejando de lado los prejuicios (“ídolos”), podría lograrse el progreso científico.

Según Bacon hay dos reglas para obtener el verdadero conocimiento de la realidad: “Una corre aceleradamente de los sentidos y cosas particulares a los axiomas [principios] más generales, y de éstos, en tanto que principios, y de su supuesta verdad indisputable, deriva y descubre los axiomas intermedios. Éste es el procedimiento que hoy se usa. El otro construye sus axiomas a partir de los sentidos y cosas particulares, ascendiendo continuamente y gradualmente, hasta que finalmente llega a los axiomas más generales. Éste es el procedimiento verdadero, pero no intentado hasta ahora.”5

Su propuesta era partir de los datos de la experiencia y utilizar la inducción para formular la ley que los rige. La inducción por medio del entendimiento o razón es la “llave de la interpretación” de la realidad, pero es necesario diferenciar la inducción baconiana de la inducción clásica, en esta última se observan los fenómenos particulares y por un acto de aprehensión inmediata se formula una hipótesis que al aplicarse a los fenómenos particulares explica su esencia, es decir, lo que dichos fenómenos son, convirtiéndose así en un principio. Bacon, en cambio, consideraba que la inducción científica es una generalización sobre una clase de entidades a través de la observación de un número limitado de casos pertenecientes a esa clase, pero para que pueda legitimarse esa generalización es necesario partir de comparaciones entre variables.

En tal sentido estableció las condiciones de una observación científica y propuso el registro de las experiencias en “tablas de presencia, ausencia y comparación”, es decir, controlando las condiciones en que se presenta o no el fenómeno y en cuáles aparece con variaciones; sólo recién, después de haber establecido esos registros, es que pueden enunciarse regularidades; esto es lo que denominó inductio vera o inducción científica.

Bacon ejemplificó su método con el estudio del fenómeno del calor; registró un número de casos en los que aparece el calor, otros en los cuales no aparece y otros en los que varía, a partir de ello formuló la afirmación general con la que determina la esencia de ese fenómeno y postuló que “el calor es un movimiento ascendente que se expande de abajo hacia arriba y que afecta a las partículas de todos los cuerpos”, es decir, una constante, una regularidad, una ley.

Este ejemplo te servirá para identificar el modo enque Bacon intentóf undar su nuevo método, que dio en llamarse “filosofía experimental”.

Cerdeiras, en el texto mencionado, escribe: “El hombre como conciencia individual y portador de razón se vertebra en el eje de la modernidad”. En los párrafos siguientes te presentamos algunas consideraciones que te permitirán comprender más cabalmente su afirmación.

Para Descartes el método constituye una de sus preocupaciones fundamentales, cualquier conocimiento será científico si cumple con determinados requisitos metódicos que garantizan el acceso a la verdad, y ésta es una característica que atraviesa toda la Modernidad. Es así como postula la unidad de la ciencia y, por ende, una única metodología:

“Las ciencias todas no son más que la inteligencia humana, que es siempre una y siempre la misma, por grande que sea la variedad de su objeto, como la luz del sol esuna, por múltiples y distintas que sean las cosas que ilumina [...] Es, pues, indispensable que lleguemos a convencernos de que todas las ciencias están íntimamente relacionadas, más fácil es aprender todas a la vez que aprender una sola, separándola por completo de las demás.” (Regla I)6

Es fácil que comprendas, a partir de lo anterior, que la unidad de la ciencia está en la inteligencia y la generalidad que es lo que caracteriza su noción de método, es decir, la aplicabilidad de la misma metodología independientemente de los contenidos particulares de cada ciencia.

La concepción cartesiana del método científico se funda en la “evidencia”, y parte de considerar que todo fenómeno natural es un compuesto de elementos simples, por lo cual es necesario identificarlos por vía del “análisis”; luego de realizado este análisis del fenómeno, resulta necesario reunir o “sintetizar” lo que con anterioridad se había dividido.

Labastida, J. (1978) en Producción, ciencia y sociedad: de Descartes a Marx, sostiene que podría hacerse un paralelo entre esta estrategia y la división del trabajo en la fábrica, que como recordarás es lo distintivo del nuevo sistema productivo. Descartes expresa en 4 sencillos preceptos su método y dice:

“Así como la exagerada multiplicidad de las leyes es con frecuencia excusa de las infracciones, y del mismo modo que los Estados mejor organizados son los que dictan pocas leyes, pero de rigurosa observancia, creí que, en lugar de los numerosos preceptos que contiene la lógica, bastaban cuatro reglas, pero cumplidas de tal modo que ni por una sola vez fueran infringidas bajo ningún pretexto.
El primero de estos preceptos consistía en no recibir como verdadero lo que con toda evidencia no reconociese como tal, evitando cuidadosamente la precipitación y los prejuicios, y no aceptando como cierto sino lo presente a mi espíritu de manera tan clara y distinta que acerca de su certeza no pudiera caber la menor duda.
El segundo, era la división de cada una de las dificultades con que tropieza la inteligencia al investigar la verdad en tantas partes como fuera necesario para resolverlas.
El tercero, ordenar los conocimientos, empezando siempre por los más sencillos, elevándome por grados hasta llegar a los más compuestos y suponiendo un orden en aquellos que no lo tenían por naturaleza.
Y el último consistía en hacer enumeraciones tan completas y generales que me dieran la seguridad de no haber incurrido en ninguna omisión.”7


El conocimiento de estos preceptos te permitirá acceder al método cartesiano yobservar que es verdaderamente abarcativo, puesto que presenta un doble aspecto: elanálisis y la síntesis. Es bueno que conozcas también que Descartes lo aplicaba tantoen la comprensión de la naturaleza, del mundo, como en la del hombre.

Cumplidos estos preceptos, el conocimiento se presenta a un “espíritu atento” de manera “clara y distinta” por lo cual puede asegurarse su “evidencia”.

Queremos agregar que, con estas recomendaciones, Descartes está pensando en un método que asegure y simplifique el conocimiento de nuevas verdades, como también realza la subjetividad que justifica el criterio de evidencia.

“Lo más ventajoso de este método era, a mi juicio, la seguridad de que mi razón intervenía como principalísimo elemento en la labor científica, desechando prejuicios y rutinas, preocupaciones tradicionales y errores arraigadísimos, que oscurecen la inteligencia, interponiendo un velo entre ella y la verdad. Practicando este método mi espíritu se habituaba paulatinamente a concebir más clara y distintamente la realidad de las cosas; y no sometiéndolo a ninguna materia o ciencia particular podía aplicarlo con la misma utilidad a vencer las dificultades que me ofrecieran otras ciencias.”8

Es importante destacar que para Descartes la evidencia se constituye en el criterio de verdad puesto que asegura la identificación entre “ser” y “pensar”:

“Pero enseguida noté que si yo pensaba que todo era falso, yo, que pensaba, debía ser alguna cosa, debía tener alguna realidad; y viendo que esta verdad: pienso, luego existo era tan firme y tan segura nadie podría quebrantar su evidencia, la recibí sin escrúpulo alguno como el primer principio de la filosofía que buscaba.”9

Es esta verdad intuitiva que brinda absoluta certeza, de esa manera el cogito disipa la duda porque: “Me parece que puedo ya establecer la regla general de que todas las cosas que concebimos muy clara y distintamente, son verdaderas.”10

Es decir que esta regla no sólo le permitirá diferenciar lo verdadero de lo falso, sino que es “en sí mismo donde encontrará el fundamento de la verdad guiado siempre por la razón”; en definitiva, como verás, la subjetividad irrumpe con toda su fuerza, y por otra parte, al proponer la evidencia como criterio de verdad, Descartes anula otros criterios como el de autoridad y hasta el de la experiencia, postulando la primacía de la razón.

El otro aporte metodológico que signó a la Edad Moderna está representado por Galileo, quien se propone estudiar los fenómenos naturales recurriendo sistemáticamente a la observación, al experimento y a la matematización; es importante aclarar que la experimentación en Galileo está precedida por formulaciones teóricas, es más, se ha sostenido que sus experiencias son “experiencias de pensamiento”, es decir, experimentos imaginarios sobre los que a partir del razonamiento obtenía conclusiones. Lo cierto es que su metodología está basada en la “observación sistemática” y en el “método experimental”:

• La observación sistemática, difiere de la observación “ingenua” ya que está guiada teóricamente, es controlada, puede utilizar instrumentos y forma parte de los experimentos. Por otra parte, el investigador debe delimitar el objeto, las condiciones de observación y el tipo de acontecimientos que han de registrarse.

• El método experimental propuesto por Galileo se compone de tres elementos: el razonamiento hipotético-deductivo, la matematización de la experiencia y el experimento.

- En el razonamiento hipotético-deductivo se asocia razonamiento y experiencia, ya que se organiza la experiencia hipotético-deductivamente: a) formulación de hipótesis previas; b) generación de las condiciones de puesta a prueba; c) obtención de conclusiones que permiten eliminar, corregir o confirmar la hipótesis. Esta estrategia condujo a un abandono del concepto de hipótesis como postulado y a su reemplazo por el de hipótesis como conjetura, en el sentido de probabilis, enunciado que puede y debe ser probado empíricamente; tampoco se da aquí la utilización del razonamiento inductivo para validar hipótesis.

- La matematización de la experiencia, concepto que encontrarás presentado en el texto de Benasayag, Pensar la libertad, implica que los resultados de la observación y la experiencia son interpretados matemáticamente, Galileo dirá que “el libro de la naturaleza está escrito con caracteres matemáticos”, por lo cual hace una representación formal de los sistemas naturales ya que la esencia de los fenómenos posee una explicación teórica, racional. La matemática se convierte entonces en el lenguaje de la ciencia. Si la realidad es racional, la conciencia (el hombre) puede conocerla, por lo tanto emanciparse; hay por parte de Galileo una creencia en el poder de la razón y una consideración del hombre como el ser de la razón. La matematización posibilita la formulación de enunciados generales que expresan regularidades –leyes-.

- El experimento se configura por la generación artificial de un hecho, en condiciones predeterminadas; la observación sistemática y detallada del fenómeno; el control de los factores participantes, variando de uno por vez aquellos factores que se consideren relevantes -en función de hipótesis previas- y manteniendo los otros constantes y el establecimiento de relaciones causales. Esta metodología difiere claramente de la “experiencia sensible” en la que la interpretación de los hechos es tal como se presentan a la percepción, y la comprensión de los mismos es ingenua, inmediata, directa, concreta.

Con Galileo, el proceder científico adquiere características distintivas: por un lado, la organización de la investigación a partir de hipótesis previas y de promover la intervención del investigador a través del empleo de instrumentos (tal es el caso del uso que hizo del telescopio) y, por otro, la interpretación cuantitativa de la realidad; ambas características se mantienen en la actualidad.

La Modernidad se ve atravesada por estos tres métodos, que llevan a que se perfile una nueva actitud científica y un nuevo valor asignado a la ciencia.


3- La concepción de ciencia

Es importante que tengas presente que la Edad Moderna proclama que el valor de la ciencia reside en su utilidad para dominar y transformar la naturaleza; Bacon afirma: “El conocimiento humano es igual al humano poder”11, de esa manera la actividad científica se orienta hacia la indagación de conocimientos aplicables y útiles. Esto la diferencia de la concepción aristotélica que postulaba que la ciencia tiene valor por sí misma y que las ciencias teoréticas, en tanto procuran conocer por conocer, son mejores que las ciencias productivas.

Es en ese período que se descarta la idea de aprehensión intuitiva, inmediata, de los conocimientos y se sustituye o, por lo menos, posterga la demostración puramente deductiva desde los principios considerados como axiomas.

Dichos cambios implican el surgimiento de una ciencia abstracta y relacional, ya que hay un apartarse de la experiencia sensible a partir de la nueva metodología. La ciencia se constituye como explicativa a partir de la construcción de teorías y conceptos teóricos, conjeturas y leyes acerca de cómo sería el universo. Se sustituye la idea de un universo concreto como unidad cerrada de un todo, cualitativamente determinada y jerárquicamente ordenada, donde cielo y tierra tienen leyes diferentes, por un universo abstracto en tanto conjunto abierto e indefinido, regido por leyes –regularidades-, y se produce una fusión entre la física terrestre y la física celeste ya que la terrestre también utiliza y aplica los métodos matemáticos e hipotético-deductivo; y, además, no puede desarrollarse una física (mecánica) terrestre sin un desarrollo simultáneo de la mecánica celeste.

Pero la investigación científica en general, presenta problemáticas que sólo pueden elucidarse a través de la cooperación científica, de allí que es en esa época en la que aparecen las primeras agrupaciones científicas.

Con el surgimiento de las personalidades renacentistas, surge la necesidad de reunir los desarrollos científicos individuales. En esta tarea se destaca el Padre Marin Mersenne (1588-1648), sacerdote jesuita que estudió en el colegio jesuita de La Flèche junto con Descartes y en 1611 ingresó a la Orden de los Mínimos. En su celda del convento de París donde vivía, se reunieron las mentes más brillantes de la época -teólogos, filósofos, científicos-. Se conformó así el Círculo del Padre Mersenne, constituyéndose un cenáculo en el que se desarrollaban importantes discusiones teológicas y científicas. Mersenne mantuvo una profusa y rica correspondencia con varios de los intelectuales que lo frecuentaban, convirtiéndose ésta en una importante documentación científica, teológica y filosófica. Grandes fueron sus contribuciones a la difusión del pensamiento, entre ellas está la divulgación que hace de las ideas de Descartes cuando reúne las “objeciones” a las Meditaciones Metafísicas, como asimismo posibilita el conocimiento de Galileo, de Eduardo Herbert de Cherbury y de Thomas Hobbes, traduciendo (o compendiando) algunas de sus obras.

Te será de interés saber que en este siglo XVII es cuando aparecen los instrumentos que auxiliarán el desarrollo científico, tales como el telescopio, el microscopio, el termómetro, el barómetro, el péndulo. Gottfried Leibniz y Newton elaboran el cálculo infinitesimal y Descartes crea la geometría analítica en la que une el cálculo algebraico y el análisis matemático, mediante la aplicación previa de coordenadas.

Junto al modelo de ciencia, representado por la física de Newton, la “duda metódica” -propuesta por Descartes- resulta ser decisiva ya que conduce a considerar todo conocimiento como provisional hasta que no haya pasado por rígidas estrategias de puesta a prueba.

Como comprenderás, la prudencia y el valor de la subjetividad pasan a ser particularidades del pensamiento científico de la Modernidad, que a través de la duda metódica adquieren total relevancia.

Tal como habrás visto que afirma Benasayag en su texto, esto supuso la construcción de un nuevo marco conceptual, lo que condujo a la formulación de nuevos principios generando una nueva cosmovisión, una nueva idea de la naturaleza, de la ciencia y una nueva metodología.

Luego de estas dos tutorías estás en condiciones de revisar el Documento de Mario Di Bella, en Orientaciones..., dedicado al pensamiento de Thomas Kuhn sobre las revoluciones científicas. El concepto de paradigma y el significado de las revoluciones en el campo de las ciencias, están muy claramente explicados allí.


Esta semana...
... la propuesta de trabajo es que termines con las preguntas que integran los ejes de la Unidad 3, solicitadas anteriormente en la Actividad integradora, y escribas tus conclusiones en el foro.

La semana que viene...
... nos encontramos en la tutoría presencial para revisar las Unidades 1, 2 y 3. Recordá consultar la página de Novedades para confirmar las sedes y los horarios de dichas tutorías y del 1º parcial.



Terminamos esta unidad con una frase de Freire que enlaza con la unidad que sigue:
“Histórico como nosotros, nuestro conocimiento del mundo tiene historicidad.
Al ser producido, el nuevo conocimiento, supera a otro que fue nuevo antes yenvejeció y se ‘dispone’ a ser sobrepasado mañana por otro.
De allí que sea tan importante conocer el conocimiento existente cuánto saber que estamos abiertos y aptos para la producción de conocimiento aún no existente. Enseñar, aprender e investigar, lidiar con esos momentos del ciclo gnoseológico: aquel en el que se enseña y se aprende el conocimiento ya existente y aquel en el que se trabaja la producción del conocimiento aún no existente.”




1 Smith, A. La riqueza de las naciones, México, Cruz S.A., 1977.
2 Smith, A., op. cit.
3 Descartes, R., Reglas para la dirección del espíritu, en Obras Escogidas, Buenos Aires, Ed. Schapire, 1965.
4 Bacon, F. Novum Organum, Buenos Aires, Losada, 1961.
5 Bacon, F., op. cit.
6 Descartes, R., en Reglas...
7 Descartes, R., Discurso del método- 2º parte- (1637), en Obras Escogidas, Buenos Aires, Schapire, 1965.
8 Descartes, R., en Discurso..., 2º parte.
9 Descartes, R., en Discurso..., 4º parte.
10 Descartes, R., Meditaciones Metafísicas- 3º Meditación- (1641), en Obras Escogidas, Buenos Aires, Schapire, 1965.
11 Bacon, F., op. cit.

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