viernes, 13 de junio de 2008

Crecimiento y desarrollo

Helio Jaguaribe, teórico del desrrollo brasileño y latinoamericano en general.

El considera que el crecimiento económico de un país se mide exclusivamente en función de las variables económico-financieras, es decir, "los números".

en cambio, el desarrollo tiene que ver con la diversificación de la economía, la producción de mayor cantidad de bienes, la mejor calidad de vida de la población, el ascenso social de sectores postergados y el mejoramiento de sectores medios, etc.

El hecho de que los números "cierren" no significa que un país sea desarrollado.

Entre 1880 y 1912, nuestro país, gobernado por capas dirigentes pro-oligárquicas, tenía uno de los mayores crecimientos del mundo. Pero de ello disfrutaba una minoría privilegiada y el país no se desarrollaba sino que permanecía estancado en sus modos de producción.

Entre 1945 y 1955 el paìs crece económicamente y se desarrolla acorde a ese crecimiento. No solo las mejoras son de índole económica sino también sociales.

Durante el gobierno de Menem, con el producto de las privatizaciones de las empresas públicas ingresó mucho dinero al tesoro nacional, o sea, hubo un gran crecimiento en los números pero el país no se desarrolló sino todo lo contrario, se siguió desindustrializando.

Al igual que en 1880 acá tenemos crecimiento sin desarrollo.

¿Y qué pasa actualmente? No soy un experto en la materia pero basta con ver los números para darnos cuenta de que tenemos el crecimiento sostenido más alto de la historia con reservas superiores a las que tuvo Perón. Pero, el crecimiento sube en progresión geométrica y el desarrollo en progresión aritmética. No se trata de que no haya desarrollo en la actualidad. Hay un incipiente proceso de reindustrialización y diversificación de la economía, pero los condicionamientos de la década neo-liberal de los 90, frena lo que debería ser un desarrollo coherente con tal crecimiento. O sea que en la actualidad hay mucho crecimiento pero poco desarrollo. De lo que se trata es que el desarrollo social y económico acompañe al crecimiento económico-financiero. Pero esa ya es una cuestión en la que intervienen variables de otro tipo, como las políticas nacionales e internacionales.

Todo esto lo encuentran en mi texto de Orientaciones.

También allí está la crítica de Arturo Jauretche al cientificismo y al progreso indefinido y, también, la crítica de Scalabrini Ortíz a la política inglesa que nos sumió en la dependencia desde 1953 hasta 1943.

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